De mi mano no te llevaba
en este caminar , el amanecer
en su amplitud , descubría mi
huérfana mano , no la tenía la
que tantas veces me traslado su vida .
En esta ocasión , mi sentido del tacto te extrañaba ,
pero mi cerebro me trasladaba tu fragancia , la cual
ya era parte de mi constante sentir , que en cada
momento gozaba , en la iluminada compañía que
de mi interior sonreía , surgiendo para mi olfato ,
haciendo brillar mi observar , que se complacía
con cada detalle , que la vida me iba obsequiando .