Esperando por se momento estaba,
pero, no sabía si llegaba.
El momento llegó; planificado por el destino,
al verte cerré mis ojos y en mi pecho comence a sentir
en mi corazón un violento latir.
Me encontré con la persona que en todo momento esperaba,
irradiando una belleza que al mismo cielo opacaba.
A mi lado, su calor comenzé a sentir,
y mis sentidos comenzaron a pedir,
algo que no me atrevía yo a sugerir.
Mi Mirada pedía su Mirada,
mi aliento pedía su aliento,
mi tacto pedía su calor,
mi pecho pedía su abrazo,
y mi boca quería sus besos.
Vuelve nuevamente el destino a jugar,
y preparó el momento oportuno
para mis sentidos callar.
Lento, muy lento sus labios
llegaron hasta mis labios
y suavemente se anclaron,
mi pecho latía con su calor
y mi cuerpo temblaba con
sus abrazos.
Mi cuerpo no pude controlar,
pues el tambien necesitaba
de los besos y pasión que se generaba
Acción de querer, amar
y dejar nuestros cuerpos hablar
el idioma universal del amor y la pasión.
El día llega a su fin,
nuestra pasión comienza a bajar,
con tristeza sabemos que a nuestras realidades
tenemos que regresar.
Pero, en nuestro más profundo recuerdo,
siempre quedará el momento de nuestro encuentro
y de nuestra dura realidad.
Realidad que ambos decidimos tomar,
con la que el destino ha decidido jugar.