Araceli Vellber

Orthographia.

 

A los besos, les pusimos comas.

A los abrazos espacios.

Los ojos, iban acentuados.

Los puntos y como, eran para los engaños.

Los puntos y seguidos, cuando no terminábamos.

Punto y aparte, cuando estábamos a la espera del desastre.

Punto y final, cuando decías, adiós al levantarte.

Las frases, las dejábamos quietas,

Conforme éramos capaces de pronunciarlas.

Nuestras reglas de ortografía,

Se regían, por el trazo, que dejaba el corazón en la piel.

En este punto,

Si tuviera la suerte,

Que tú, cometieras un error

Y yo, un acierto,

Tendríamos los corazones, empatados a cero.