Calmo mi corazón
que de soledad se viste…
Tan distante
pero tu cintura
aún fija… en mi cerebro.
Junto a los ventanales
veo como se resbala la tarde
luego… llegará
la oscuridad,
la soledad
y los silencios.
Mi llanto ya…
sin lágrimas
empaña los cristales…
Nada te falta,
sensualidad te sobra.
Querías un monte de luceros
te los regalé…
Podados matorrales…
que limitan
mi inquieto sueño...
Pero con mi soledad
beberé una copa
llena de bohemios.