Voy a perderme en la penumbra, aferrándome a tu silencio; sentada en tus piernas, rodearé con mis brazos tu cuello... y será eco esa sutil melodía desgarrada de nuestras bocas por un devenir de besos y besos...
Tomaré con mis manos tu rostro,escudriñaré en tu mirada y arrebataré de tus ojos el último rayo de luz cuando ellos se posen en los míos... No habrá palabras, sólo hablaremos con besos, con caricias, con miradas... y sabrás lo que yo quiero y entenderé lo que tú quieres, será hablar con el alma...
Y en nuestro mundo donde sólo amor nos cabe; en el pentagrama de nuestra piel, con el arpegio de nuestros cuerpos, surgirá el mejor soneto que ambos hallamos escuchado... y que otros hallan escrito... y otros hallan plasmado. Será nuestra música con sus cuatro estaciones: Otoño e Invierno por nuestras sienes plateadas, Primavera por la juventud que poseemos y Estío por lo candente del alma...
...Y nos reiremos del tiempo por los momentos vividos y con los años consumidos por el amor sentido, sufriremos otra vez el Otoño ya con los pasos cansinos, el Invierno en los deseos carnales, más la Primavera reinando en nuestros ojos y el Verano intacto en el alma...
Sentados frente al hogar con las manos entrelazadas, un café..., sonrisas y miradas..., nos conmoverá el recuerdo de aquél arpegio cuando juntos tocábamos bajo las sábanas y la sapiencia del buen amor... En un silencio donde sobran las palabras volverá el eco de aquél soneto en la penumbra provocada, mientras vemos danzar el fuego, Tú y Yo, así como si nada...