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Vejez

Ayer, fui a ver a mi madrina, Cristina. Ella está llegando a los cien años, no me reconoce, hace tiempo. Está en una residencia de ancianos. No todos, están en la misma situación, en su mayoría mujeres, comparten habitación o en forma individual.

Da la casualidad, que conozco por distintos motivos, a tres de ellas incuída mi madrina. Cuando la voy a ver, hablo más con el personal de turno, que con ella, la observo  sentada, con los ojos cerrados. No sé en que mundo y la otra señora que conozco, con la cual hablo, es más joven y está allí gracias a la enfermedad de Alzheimer. Sus hijos, decidieron, que permaneciera allí.

Estaba en total distorsión, para sí misma y para sus hijos, ya que no podían, dejarla con \"un ejército de cuidadoras\", que se debían multiplicar los costos.Y en la casa, podía romper con la familia de ellos, ya que una persona, con esa enfermedad, no es la abuela, que conocieron sus nietos. Sino alguien ajeno, con muchas veces episodios de alta agresividad y vulnerabilidad.

Alguna vez, asistí a charlas de personas que se especializaron en tratar enfermos, que sufren Alzheimer y mal de de Parkinson. Estas son producto de los avances de la medicina, que hace que la vida, se prolongue. Antiguamente la gente moría más joven, y era difícil llegar a edades avanzadas, para desarrollarlas. Aunque, también siempre hay excepciones, de gente joven que las padecen.

En esas charlas, como nos explicaron, la solución estaba en los hospitales diurnos. Es decir, como a los \"peques\", los podemos dejar en parvularios, durante el horario laboral, de la misma forma con los adultos mayores. Ahora bien, son centros, que tienen mayor cabida, en los países del primer mundo. Con un poder adquisitivo y forma de vida diferente. La salud, está controlada con otros parámetros.

Las noches la pasan en familia y así sus hijos, no se ven tan distorsionados, ya que el abuelo como \"un niño grande\", viene a cenar y a dormir a la casa.

Múltiples razones, hacen que no se construyan estos centros, por aquí.

En este residencial, veo que están bien tratadas y poseen una infinita paciencia. Este personal, debe estar altamente calificado, tener una escala de valores de respeto, hacia el adulto mayor. Generalmente, en ocasiones, es consciente de que es \" depositado\", allí. y no la pasa bien, pero no tiene más capacidad de elección. Una señora, la que comparte habitación con mi madrina, es de ascendencia griega, y con gran dulzura, canta canciones que recuerda de su niñez, su familia la lleva los domingos, a pasar el día.

Tiene un carácter combativo, como el de mi madrina...

Ella es visitada, por sus familiares más directos, aunque el trajinar diario, hace que tampoco sean tan asiduas las visitas, de sus nietos, algunos ni siquiera viven en el país.

¿Adónde quiero llegar, con este relato?, tal vez a ningún lado, pero seguro a ningún lugar de estos.

Cuando era pequeña, soñaba como cualquier niña, que llegaría al casamiento y dibujaba mi vestido de novia y que lo haría a la edad de veintitrés años, como así también decía, que llegaría a los sesenta y trés años, más, no quería, porque no deseaba vivir tantos años, para no llegar a vieja.

Hoy tengo pasada esa cifra y no dependo de nadie, pero nunca quisiera ser una carga, para nadie. Y el día que no me valiera por mi misma, irme como llegué.