Así que te vas...entonces, ¡adiós!,
pero en la prisa por irte no por eso
olvides un abrazo o tal vez un beso,
para hacer más sereno...¡este trance atroz!
¡No te detengo!...puedes irte,
olvida por un momento tu altivez
para guardar siempre tu candidez
ya que aún deshecho, debo sonreirte.
Nada queda pendiente de decirnos,
¡todo lo que había lo dijimos!
llegó el momento de despedirnos.
Fueron tantas cosas que exigimos
hasta el extremo de aburrirnos,
el amor se acabó...¡pero existimos!
Por: Alejandro O. de León Soto
Tijuana, BCN, MEXICO, Abril 23/15
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