Esa mujer siempre callada
de rostro sereno
y mirada distante,
con alma escondida
y mente prisionera
nunca supo que existía
que solo era una quimera,
ella, que en una noche de tormenta
se vistió de dolor toda entera
no supo donde esconderse
y se atraganto de su pena,
jurándole al destino
que ya no mas le lloraría,
que no mas le gritaría,
ella, esa mujer,
es un cumulo de penas.
Esa mujer se olvidó de amaneceres,
se olvidó de lunas llenas,
vive entre los ayeres
que dejaron las ausencias,
no conoce mas placeres,
no recuerda sus querencias,
esa mujer ha olvidado que amarse
es divina regla.
Esa mujer le sigue llorando
a un amor que se ha perdido,
enloquecida ha quedado,
llorando a diario su pena,
se enamoró de un caballero
de palabras y galanterías,
seducida por sus besos
su mirada y entereza,
nunca supo que por dentro
no había tanta belleza.
Confundida y agobiada
se esconde entre brumas
absorbiendo tanto daño
dejo de ser lo que era ella,
marchándose en Agosto
como lo hace una hoja seca,
dibujando en el viento
recuerdos que son su pena,
y al tocar la fría tierra
se duerme profundamente
esperando despertarse
en la próxima primavera.