Me dejaste ir
sin sollozos…
Tu beso fue
el mejor silente despido.
La puerta quedó abierta,
entrarán nuevos aires
y saldrán tropezándose
mis penas.
A veces uno vive con dolores,
éstos hieren
al alma…
La noche y sus suspiros
y una voz…
¡Quiebra el silencio
y la plácida calma!
¿Quién puede
iluminar esperanzas?
regálame cometas y constelaciones
ahí me dormiré
cuando cante la noche
junto al viento, mirándolas.