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Este amor por los libros
lo traigo desde mi cuna,
desde que tengo uso de razón,
desde que la voz de mi papá me llega,
desde esas noches, que bellas historias nos leía,
de aventuras! claro, y a mí me encantaban.
Lo Recuerdo como esa luz primera en mi memoria
y aún lo veo sentado al borde de la cama,
cuando nos leía con su voz serena y clara
la primer historia que recuerdo, y que jamás olvido,
(más allá de los clásicos, sabidos,
Pinocho, Caperucita, Blancanieves etc,)
el recuerdo del primer libro que me llega,
era un libro del escritor Italiano Emilio Salgari,
El hombre de fuego, se llamaba,
y trataba hasta donde recuerdo
de una aventura por el amazonas
donde Álvaro Correa su protagonista
junto al grumete García, resolvían
la trama de su autor, por el profundo
y misterioso Mato Grosso de Brasil,
donde aprendí sobre la existencia de los indios jíbaros,
indios reductores de cabezas, y de tanta fauna y flora
impresionante de la zona, historias que luego me comían la cabeza a mí, jajaja
porque con un ojo abierto siempre me dormía;
pero a la vez, deseando pasaran pronto la noche y el día
para continuar con la fantástica aventura, la noche siguiente.
Amor al libro y amor a la lectura, traigo desde muy niña,
recuerdo cada monedita que me ahorraba para comprarme los
libros de la colección Robin Hood! casi todos eran del mismo
autor, los que elegía, historias del Pirata Sandokán y su enamorada Mariana,
junto a su entrañable amigo Yáñez.
tengo tantas historias en mi cabeza
que por eso no me extraña que no me quede lugar
para recordar si ayer llovió o tuvimos sol.
Dios mío, si hasta recuerdo el nombre de algunos de sus piratas,
Patán, y Araña de mar, jajaja!
También leí al Corsario Negro, y tantos otros siguiendo la saga de sus
de aventuras.
Colmillo Blanco, la Cabaña del Tío Tom, e infinidad de otras,
hermosas historias .
Luego me llegó la edad de Mujercitas, Hombrecitos, Jane Eyre,
Cumbres Borrascosas, María, e infinidad de novelas inolvidables; y luego ya de grandecita,
por solo citar uno, ya que incontable es la lista, leí la Biblia, a la que
infinidad de veces recurro para revivir algún pasaje.
En fin, son muchos, muchos años de lecturas y de amar entrañablemente
los libros que siempre me han acompañado.
Feliz día a todos los escritores, gracias por lo que nos han
legado. Ojala tanta tecnología no nos prive nunca de esa costumbre
de besar con las pupilas las páginas de un libro abierto y poder acariciar sus hojas, y a través
de ellos, poder acceder a todas las culturas, y demás historias de vida
que van quedando grabadas en sus eternas páginas que hacen al tiempo
y la memoria.
Con mi cariño para todos los amantes de los libros.
*Diluz