Jhon Deivy Torres Vidal

ESE PUERTO ABANDONADO...

Camino sin talones y sin fe

Por el trunco muelle devastado

Donde los clavos duermen y vomitan

Sobre maderos cortos su vejez.

 

Las agujas salinas y los barcos

Apilaron en la niebla sus cadáveres,

Se escucha remotamente la vida

Bregando entre redes y zarpazos.

 

Se abre un intersticio hacia la espuma

En cada paso medroso, incalculado.

Óxido de rieles hace tiempo proscritos

De soledad penetran la ternura.

 

Es el puerto mismo, en la tragedia,

Que solo acoge un corazón que danza

Entre leves fantasmas de unos muertos…

 Un corazón tan mío y que me asedia.

 

Y  este muelle como un puño declinado

Avanza con demora en el misterio

De ese mar con cabinas y siniestros…

De ese mar no besado y olvidado.