En el ocaso de mi vida te pienso
como luna plateada al anochecer
quisiera abrazarte como antes
porque sin ti he llegado a enloquecer,
se acaba la arena del reloj de tiempo
y cada granito es un recuerdo vivido,
no estás aquí a lado mío, te siento,
aunque hace años te haya perdido,
me falta tu palabra amorosa al amanecer
cuando me despertaba recostado
en tu regazo color rosa, me besabas
la frente y volaba como pluma al viento,
se van perdiendo en estos momentos
mis años y se hacen viejos los sueños,
ya no vamos caminando de la mano
ya no escucho tus acertados consejos,
me faltas, me ausentas y muero en suspiros,
en este ocaso que cada vez se acerca mas,
se llena la alborada de dulces cerezos
vienen a despedirme y atraen a mi
la imagen de tus ojos color arándano,
se me nubla la vista amor mío,
¡Puedo verte claramente a lo lejos!
extendiéndome la mano envuelta
en un aro de luz incandescente,
ya puedo levantarme de la cama
y correr para estrecharte en mis brazos,
solo diez pasos he dado y veo tu rostro
tan hermoso como lo recordaba,
al fin juntos amor mío como el primer día,
pero al rodarnos en el tierno abrazo
y mirar hacia atrás he podido ver
mi cuerpo yacido en la cama
sin poderse mover, ¿Qué pasa?-
te pregunto nerviosamente-
Has cruzado de la muerte el camino
porque tu ocaso ya ha culminado-
respondiste tiernamente-
entonces me abrace a ti mas fuerte
y sonriendo me fui a tu lado suspirando.