De una nueva forma
te aseguro que el olvido
ya no existe.
El olvido ha desgajado
sus últimos agostos
derretidos bajo el sol.
Tu mano enferma de
descuidos es acogida
y bienvenida de mis besos.
Tu mirada me asombra
todavía resguardada
entre las risas del
primer encuentro.
La voz de entonces
aun te acompaña
y me desvela la calma
en esta ansiedad
de seguirte a donde
te escurras con
tus pies de alas finas.
Ves....
el olvido ya no existe
donde se acumulan
montones de deseos
que no encuentran
mejor resguardo
que el cobijo cerrado
de tu pelo negro.