BARCAROLA
Amante corre mi alma soñadora
tras de la onda que mece tu bajel,
buscando con afán, bella señora
el beso de tus labios de clavel.
Los céfiros livianos en sus giros,
que acarician tus rizos al pasar,
te arrullarán el ¡ay! de mis suspiros,
te cantarán mis horas de pesar.
Cuando el alba te brinde cariñosa
su destello de nítido blancor,
acuérdate que mi alma generosa
te bendice llorando su dolor.
Cada flor me recuerda tu sonrisa,
cada arroyuelo tu cruel desdén;
fue tu cariño un soplo de la brisa,
mentira fue mi deseado edén.
Cuando al llegar a tus lejanas playas,
te arrulle el arpa de otro nuevo amor,
y, que, sobre un altar de flores gayas,
a tus plantas se incline algún señor.
Dedícale un recuerdo compasivo
a aquel que dio su amante corazón,
por el beso de un labio fugitivo,
por el amor de una fugaz visión.
Huye veloz, barquilla voladora,
sobre el cristal del anchuroso mar;
ya esta cansada mi alma soñadora;
!Adiós!...¡Quiero dormir...quiero olvidar!
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Adolfo Vilatte Lavigne
publica juan maria