Será la noche
que te amaré con fervor,
el instante más feliz
de mi taciturna vida,
será la noche
de enamorada luna,
y sensual brillo de estrellas,
que bajarán del cielo
con un coro de grillos
y luciérnagas
en cándidos romances
bordeando el río,
será la noche,
de un lecho encendido,
esperando ansioso
nuestro encuentro,
gozaré la belleza
de tu existencia,
y beberé el licor de tu piel
sobre tu vientre de mujer,
será la noche
de excitadas caricias
recorriéndote toda
sin descanso,
con manos de artesano
moldearé tu cuerpo,
y para siempre vida mía,
te guardaré en mi pecho,
será la noche
de los besos soñados,
de la gloria mayor
y ternura pasional,
de la explosión silenciosa
en nuestros corazones
aturdiendo el universo,
un atrevido amor,
que nació un día,
hace tiempo sin pensarlo,
en un viaje de ocasión,
disiparé las brumas del ayer,
y te amaré como nadie te amó,
cerraré mis ojos
para que seas mi luz,
seré un principiante del amor
rendido en tus brazos,
el renovado hombre
que una vez conociste,
tu amante preferido,
el que conoce como nadie
cada detalle de tu cuerpo,
será la noche
transparente y febril,
como una copa de cristal
buscando el amanecer,
será la noche tuya y mía,
la soñada,
la del eterno idilio,
luego,
lo que tu decidas
mi amor.
Víctor Bustos Solavagione