Solo tu mero ser,
solo estar ante tu mera presencia,
por dentro debo arder,
veo tu decadencia
y te condeno por tu indiferencia.
Un rostro familiar,
una cara sonriente, pero mala,
falsa, para imitar
seguridad, un ala
de demonio que como ángel no cala.
Tu verdadero ser
sale a la luz, encuentro tu esencia,
deseo devolver,
eres una excremencia
de persona, falsa, sin experiencia.
Deberías dejar
este mundo, mi consejo: una bala.
¿Me dejas apretar
el gatillo? ¡Y bualá!,
matarte fue fácil, pues me resbalas.