Cayeron sobre los recuerdos hojas de mil otoños
Despacio, como lo hacen las tinieblas en primavera
o la inexorable masa fundente de sol del verano
Así, entre tú yo, de catarata, llegó el invierno
sin encargar descendencia
Rompiendo la cadena
Ya quisiera yo
el orden correlativo
las trompetas del cielo anunciando un nuevo ciclo
que de los círculos cerrados no tuvieras la llave
Un día nos encontraremos
aliados a la caprichosa voluntad de los sueños
No lograrás dominarlos
porque de ellos son desconocidas las claves
Te llevarán a la esquina sin nombre
en la que moran aquellos besos
sin poder evitar la marea
ni la resaca que arrastra al hondo pasado
Hago guardia cada noche
asombrando a las estrellas
Perdí los remos
y sólo me queda una vela
pero nunca abandono mi locura de centinela
Te acostarás un día
¿quién sabe?
después del vino...
que tu mente consiga engañarte
que otra vez me deje entre tus manos
y tiembles
Presencia, entonces, en presente
que no podrás rehusar
Yo, que espero mi turno de baile en tu libreta
estaré más dormido que nunca
hallaré la tierra de tu voz en mi naufragio
pidiéndome volar de nuevo contigo
a aquel castillo de naipes en el aire
que fue nuestro amor imposible