Esa mujer,
pensé cuando te conocí,
tiene todo para el amor,
esa mujer,
me roba los sueños,
enerva mis sentidos,
excitando mis deseos,
esa mujer,
que devoran mis ojos,
sabe a vuelo encantado,
de alondra enamorada,
esa mujer,
como hada de los cuentos,
las tardes de otoño,
es delicada fragancia,
que besa mi alma,
es salero en flor,
y exquisita elegancia,
es retoño,
y savia nueva,
es mansa tormenta,
y furia en calma,
es una rosa encarnada,
un susurro de terciopelo,
caricias que regala el cielo,
para soñar y soñar,
esa mujer,
pensé,
la quiero toda para mí,
y ya estás conmigo,
vibra mi corazón,
enloquecido de pasión,
tu ternura me cobija
en el más bello amor,
mira como tiemblan mis manos,
recorriendo tu cuerpo,
mira el rubor de mi rostro,
por el fuego de tu piel,
mira la ansiedad de mis labios,
esperando tus besos,
ay corazón,
corazón,
tú eres el
verdadero amor.
Víctor Bustos Solavagione