A menudo se dice de las suegras,
Que se meten entre los matrimonios,
Que tienen un humor de mil demonios
O que tienen la lengua de culebra.
Yo ese tópico nunca he comprendido,
Me parecen mujeres estupendas,
Son razonables, no les duelen prendas,
Para ensalzar a su hija y su marido.
Suelen ser excelentes cocineras,
Cuando invitan al yerno lo atiborran,
Si se discute, es fácil que socorran
A su yerno de buenas a primeras.
A las hijas siempre les aconsejan
Como deben tratar a los maridos.
Por eso, nunca he visto merecido,
El sambenito con que las aparejan.
Pero yo me llevé una decepción,
De las suegras que había en el mercado,
Sin dudarlo, a mí me había tocado,
La única suegra que marca la excepción.
Abril de 2015
Jose Cruz sainz