Llueve, caen
gotas sobre
mi cabeza y
me tiñe el
cabello de rojo,
Rojo, de ira,
rojo, de pasión,
rojo, del último
labial que usé,
cuando me
amabas...
Y me besabas,
como fuera
tu única
mujer...
Luego,
el engaño y
la mentira,
siguió.
Ya no estás
más al lado
mío.
No dejaré,
más huellas,
en tu camino.
Procuré las
mías y son
las que me
acompañarán
el resto de los
días.