Duele
Duele el verbo raíz
de los muertos nuestros
los de todos
Duele en lo oculto
en el juego del espejo
del cielo y en la tierra
en la cercanía de la burla,
el desprecio y la cobardía.
Duele en lo carente de la distancia,
de lo indiferente.
Y mientras tu palabra mienta,
no guarda ni ayuda,
ni tampoco aclara
el sentido de ser.
Tan solo ensangrienta.
Los ojos encendidos
apagan las risas
de promesas incumplidas.
Arden las heridas y las pústulas
en el cuerpo de barro.
Duele y aun resiste
en la historia
el dolor rancio,
a la mugre
y a la traición
La voz rompe en llanto,
quiebra el silencio
la muerte y el espanto
Acaecen a estas horas
De estos tiempos
en que la codicia
zanja surcos de avaricia
en la sangre de tus venas.
Los ojos estallan de furia,
y en su esencia
Sola y desnuda
reconoce olores
extraviados, desesperados, perdidos
y el peligro.
Desfallecida
se despliega y tropieza
cae rodando en la penuria
Ahogada
entre estrecheces y vacíos,
la muerte golpea
Callada y quieta,
sus manos la sostienen,
se abriga en ella
se desliza
en el inmenso sufrimiento
Se desgarra y avanza
y en la esencia del dolor, se oculta
Crece
Crece en la pobreza
y en la montaña de su ser se proclama
En su voz más alta
Liberada
Mané Castro Videla