liborio cantillo

III

Hoy es otro día que pasa silencioso y taciturno,

En el cielo los negros nubarrones van creciendo,

Dejando caer la tenue lluvia que en segundos

Se transforma  en un diluvio.

 

Me recuerda la edad cuando era niño,

Con el rostro pegado a la ventana

Abrazado a mis hermanos esperaba,

Que trajera regalos que llegaban

Transportados por creaturas invisibles

Mensajeras de otros mundos.

 

Que felices tiempos del ayer,

A medida que calmaba la tormenta

Nos mirábamos felices porque entonces,

Llegaba ese ser que con sus ojos

Taciturnos y profundos

Nos buscaba en los rincones más oscuros.

 

Con sus manos callosas y arrugadas

Por el paso de los años tan sufridos,

Nos llenaba de caricias tan sensibles

Que de dicha creíamos consumirnos.

 

Con sus frases de amor nos consolaba

Y nunca la oímos renegar de su destino,

Enfrentaba las adversidades de la vida

Viviendo solamente por sus hijos.

 

La nostalgia se apodera  y me consume,

Los deseos de volver a vivir ratos felices

Que se evocan en las horas de infortunio,

Y nos deja  pensando que no hicimos,

De sus últimos años lo debido.

 

Pero así es la vida y no podemos

Oponernos al destino,

Guardaremos de su ser lo más querido

Que es estar  en su recuerdo siempre unidos.