A FUEGO LENTO
Con tu flamear de existencia armoniosa
esculpes en mis labios tus latidos
firmes dentro de mi boca.
Lazarillo de manantial celeste
levadura que me conduce
entre mis brillantes ojos que son senderos.
Es la inercia viva de mi frente
que se mece y gesticula,
la radical alegría de las estrellas,
que he reservado por siempre
entre la noche previsora
de tus dedos humildes
cada vez que me acaricias,
vertiginosos como luz de centinela.
Instinto de tu mística voz
me renuevo gota a gota
por tu prolífica piel
loción locuaz y brillante
a fuego lento.
Tu sueño cuajado se me eleva,
mientras respiras sobre mi pecho
evidente, sutileza de decoro,
a fuego lento.
30 de agosto de 2014
Autor: Rafael Molero Cruz