Si me permitieras cubrir tus sonrisas, las cubriría con ternuras.
Si me permitieras tomar tus manos, las tomaría para brindarte mi amor.
Si me permitieras caminar a tu lado, caminaría para llevarte al jardín de la satisfacción.
Si me permitieras cultivar en tú ser, cultivaría mi felicidad, en tu gran corazón.
Si me permitieras empapar tu alma, la empaparía con la lluvia de la abundancia.
Si me permitieras secar tú espíritu, lo secaría con el manto de la serenidad.
Y si me permitieras amarte, Te amaría hasta el nunca acabar.
Entre tantos “PERMITIERAS” me detengo a pensar…
Porque debo esperar que me permita?
Si ya mi espíritu ha cumplido cualquiera de esos permitieras, que he dedicado en está diminuta prosa.
Y a decir verdad; para mí no hay permisos para amar porque eso me enseño mi naturalidad.
Para mi simplemente, existe la LIBERTAD DE AMAR .