Profanamos la naturaleza que ajena,
a nuestras maldades se entrega,
y como pago, bondad agrega,
soportando el sacrificio, serena.
¡No se queja! acumula su dolor
pero cuidado, lo estamos viendo,
muchos inocentes están sintiendo
de nuestra inconsciencia, su furor.
Le perforamos su entraña
en busca de no sé que cosa,
contaminamos su entorno, umbrosa,
la lastimamos pero con maña.
¡Pero que se cuide el que mal obre,
porque el plato se va derramando!
la naturaleza se está cansando
y oremos... cuando nuestro mal se cobre.-
Por: Alejandro O. de León Soto
Tijuana, BCN, MEXICO, Abril 28/15