Sola en mi habitación busco tus ojos descansando en los míos y tus manos vagando por los pasillos de mí ser.
Huelo tu aroma en mi almohada y la abrazo con fuerza imaginándote.
Mi cuerpo se estremece...
Miro por la ventana esperando tu regreso y ruego que nadie se haya robado tus besos, tus caricias y todas esas cosas que eran solo para mí.
Mi puerta está abierta... esperando que corras a mi encuentro como un cachorro que a su dueño ha perdido.
Vuelve.
Toma mis manos.
Dime cuanto me amas y me has extrañado…
Mi corazón te anhela al igual que el sol a la luna... que a pesar que hay llamas la soledad lo atrapa.
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