(Introducción)
Los versos que en este día
a sus manos han llegado
no quieren ser un tratado
de ciencia y filosofía.
Sólo pretenden, “astutos”
provocarles la sonrisa
si no tienen mucha prisa
y les prestan un minuto.
(Temario)
Está cerrando mis ojos
este sopor que me invade
y ya en un mundo de locos
la razón se hace inestable.
En la inconsciencia perdido
me hago parte de la niebla,
como con el mar fundido
mis átomos se disgregan
y el cerebro, sin control
fabrica sombras chinescas
que se mueven a su albor
como olas gigantescas.
¿Cómo explicar el sentido
y el argumento de un sueño?
¿Cómo les diré con tino
las sensaciones que siento?
Si a veces vivo y no vivo
las caricias del ensueño
sin saber mientras deliro
si duermo o estoy despierto,
pues la razón y el sentido,
con lo intangible e incierto
forman un batiburrillo
de padre y muy señor nuestro.
Mas, no es sólo de estos sueños
de los que quisiera hablarles,
que otros tuve de pequeño
y aun los conservo de grande.
Sueños de amor y ternura
y de aprecio entre la gente,
sueños de playas con luna,
de vivir alegremente.
Sueños de “Todos a una”,
de geranios en las puertas
de sonrisas y fortuna
y un alma siempre dispuesta
a devolver a la amada
ese cariño que espera,
o a llorar desconsolada
si te olvida o te desprecia.
Suelo soñar a menudo
con batallas muy cruentas,
donde el terreno mas duro
se alfombra de fresca hierba,
donde las balas son flores,
las corazas, finas telas,
los fusiles, de colores,
y no existen las fronteras,
y adolescentes amores
retozan en la pradera.
El mes de mayo se pone
sus galas para las fiestas
y hay rosas en los balcones,
hay hortaliza en las huertas,
en mi corazón claveles,
en tus cabellos violetas.
Y florecen los laureles
en barbechos y cunetas.
Y mi espíritu ambulante
gozoso sueña que sueña
como aquel niño de antes
soñaba sin darse cuenta
que no hay gente desdichada,
que ya nadie tiene penas,
que el mundo tiene otra cara,
que siempre habrá luna llena.
Y como soñar no es malo
seguiremos a la espera
de soñar, cuando soñamos
Con alguna mujer bella.
Los que no sueñan ni lloran
llagas de soledad llevan,
ligueros en la memoria
y penumbra en la cabeza,
secuelas de alguna historia
de desamor y tristeza.
Finalmente también sueño
que el gran sueño ya está cerca.
Pese a que dormir es bueno
tanto sueño me amedrenta.
Hablare a su “abanderada”
cuando me llegue el momento
y mirándole a la cara
le diré que vuelva luego,
que me deje hasta mañana
soñar vivo y bien despierto
que pongo un collar de nácar
alrededor de tu cuello.
Viento de Levante