¿Abuelo? ¿A dónde te fuiste abuelo?
¿Es cierto eso que por ahí se dice?
¿Alzaste el vuelo hasta alcanzar el cielo?
Hace muy poco mi vida rehíce
Tal y como debía acometer,
Pero la abuela al destino maldice.
Te quiere, desea volver a ver
Tu figura delgada y estirada,
Tan solo extraña tu perdido ser…
“La cama se siente tan despoblada”
Nos recuerda secándose las lágrimas
Con una voz que se escucha quebrada.
¿No te da pena? ¿No notas su lástima?
Tiene una herida sangrante en el pecho
Que mancha su piel longeva y pálida.
Claro que no, desde tu nuevo lecho
Situado sobre nuestras tristes mentes,
Más allá del cielo, ¿me ves deshecho?
Ahora sin ti todo es diferente,
No solo he perdido un ser al que quiero,
He perdido a mi mayor referente.
Por eso te escribo, siendo sincero
Sé que nunca querrías vernos tristes,
Y mucho menos en el mes de enero.
Pero nunca de mí te despediste,
Tuve miedo de mirar a la muerte,
Y más tarde lloré porque te fuiste.
Siento no poder ser un hombre fuerte,
Siento haber desobedecido el último
Deseo de quien me daba mi suerte.
Con lágrimas decir que fuiste único,
Que no solo digo yo, sino todos
Quienes mostraron con tus actos júbilo.
Aunque ahora esté a la altura del lodo,
Aunque ahora vea todo marchito,
Siempre aparecerá un mejor periodo.
De momento, te dedico este escrito
Con el que busco solo tu consuelo,
“Sit Tibi Terra Levis”, abuelito.