Al alto cocotero,
Por el viento suavemente besado,
Trepé, ágil y ligero,
Para alcanzar el coco deseado
Por la niña preciosa,
Ama única de mi vida en luz bañada.
Clavel, canela y rosa.
Belleza de sabana. Tarde amada.
Y del coco brotó,
Al abrirlo con mi fino cincel,
El agua que sació
La terrible sed de la niña fiel
Al ángel del amor.
Y gustóse su pulpa blanquecina
De exquisito sabor.
Eres, niña, viajera golondrina.