Llenar el abismo de lágrimas y ahogarme en él.
La tristeza no me respeta el sosiego ni en mis días fortuitos.
Y si no me alcanzan las lágrimas para llenar el abismo,
es probable que el abismo llene mis lágrimas,
entonces seré carne,
entonces pasaré de humana a más humana,
y moriré de sosiego plagado en tristeza,
abatida entre realidades y oprimida en soledad;
pero moriré, de alma, quizá sin que muera el alma,
moriré de tanta vida y de haber vivido tanto.
algunos que mueren renacen, ha de ser eso.