Te recuerdo,
al fin del camino
y al inicio de otro,
bajo azul cristalino
como flor de notro.
Te recuerdo,
sentada en el pasto
suspirando al viento,
tras un día vasto,
recobrando el aliento.
Te recuerdo,
sonriendo a la vida
en cada mañana,
y curando la herida
de cada semana.
Te recuerdo,
¿por qué lo hago,
por qué no escapar,
de aquel amor vago
que no puedo olvidar?