A luchar por su venia yo me niego
si la lucha se torna dispareja,
pero si no lucho usted me deja
entonces mis fuerzas yo despliego.
Avanzan los jinetes sin sosiego
y la artillería será compleja,
si la batalla mi alma aqueja
recibirá del corazón su ruego.
Seré desconocido caballero
que enfrente con aplomo todo reto
y aunque caiga herido lo prefiero
antes que faltarle al honor al respeto
porque de sus preferencias difiero
quedo como espectador del dueto.