Qué esperaría de una mujer
que tiene al paraíso dibujado en los ojos.
Unos labios que invitan al beso perfecto
y una sonrisa que es un atardecer a orillas del mar.
Cómo no me he de enamorar de ti,
cuyas palabras navegan por el aire con arte divino
y cuyas ideas son incansables
como la esperanza que guardo de un idilio contigo.