Un desierto cruza mi alma.
Es el desconcierto ante el deseo del corazón.
Es la llamada del amor que golpea mi puerta;
aquella que sigue cerrada y no puede abrirse.
Y aunque busque en cada rincón, en cada luz;
la llave no aparece y quien golpea, no golpeará más.
Pero un día pudo más la fuerza y la derribé.
Y con la misma facilidad que escapé de la prisión;
caí a un abismo negro, cruel, y demasiado profundo...
... para un mortal en ruinas.
Tal vez ahora esté pagando por mi fuga.
Tal vez por eso la puerta sea de acero.
Y cuando se abra algún día...
... (si es que algún día se abre);
no perderé tan fácilmente a ese amor;
al que tanto esperé.
Simplemente te amo y tu nombre no lo sé.
No te puedo ver y quisiera conocerte.
Ahora debo esperar y seguir sufriendo;
hasta algún día encontrarte y así poder amarte.
Mientras tanto un desierto cruza mi alma.
Es el desconcierto ante el deseo del corazón.