HISTORIA DE UN MANCEBO
DE LA MANO DEL SILENCIO,
DESCALZO POR LAS ARENAS
MIS DEDOS CAÍAN YERTOS
Y MIS PIES DEJABAN HUELLAS.
CUANDO LOS PASOS CAÍAN
SOBRE LAS ARENAS MUERTAS,
MIS OJOS ERAN ESTRELLAS,
Y LAS SOMBRAS, DANTESCAS.
FIGURAS DE LOS DEMONIOS,
A MI LADO SE ME ACERCAN
Y BATALLONES DE ESPÍRITUS,
QUE POR EL AIRE CULEBRAS
SE ENROSCABAN EN MIS OJOS
Y YO ME QUEDABA SI FUERZAS.
HUELLAS POR LA ARENA SECA,
HUELLAS POR LA ARENA BLANCA,
SOMBRAS CON LA CAPA NEGRA
VENÍAN SOBRE MI ESPALDA.
EL RÍO CON SUS PRELUDIOS
QUIEN A LA VILLA BESABA
SIEMPRE EXTENDÍA SU LENGUA
CUANDO MIS PIES LO CRUZABAN;
SOBRE LAS NOCHES DE INVIERNO
CUANDO EL SILENCIO DESMAYA,
SALÍA YO CUAL MANCEBO
ECHAR LA CARTA A MI AMADA;
A MI DULCE PERLA NEGRA,
Y A LA NINFA QUE YO AMABA
Y AUNQUE EN MI LA TENÍA
LA TENÍA EN LA DISTANCIA.
DESPUÉS DE CRUZAR EL RÍO
CON LAS CALLES APAGADAS,
BUSCABA ESTE MANCEBO
EL BUZÓN PARA SU CARTA.
PERO UN DIA LA CORRIENTE
CON LA FUERZA DE SUS AGUAS
ARRASTRARON AL MANCEBO,
HASTA LAS AGUAS SALADAS,
Y AL VERSE CANSADO Y SOLO
PENSABA QUE YA SE AHOGABA,
PERO LA DESDICHA VINO
CUANDO SE VIO SIN LA CARTA,
EL MOZO SE DIÓ LA VUELTA
PARA VE SI LA ENCONTRABA,
AQUELLA DULCE MISIVA,
AQUELLA TAN QUERIDA CARTA,
Y NO SE COMO SE FIJA
QUE VE UNA COSA BLANCA,
EN EL FONDO DE LA ARENA
Y AL BUCEAR YA LA ENGANCHA.
Y CANSADO YA SIN FUERZAS
SE PONE EL MOZO DE ESPALDA,
PARA DESCANSAR UN POCO
Y LLEGAR HASTA LA PLAYA.
Y EL POBRE ASÍ COMO PUDO
LLEGA POR FIN A SU PLAYA,
Y CASI NO TIENE ALIENTO
Y EN LAS ARENAS DESCANSA.
DESPUÉS DE RESPIRAR UN POCO
CASI MUERTO SE LEVANTA,
Y LENTAMENTE JADEANDO
DESNUDO, CAMINO DE SU CASA,
PERO EN SU MANO ÉL LLEVA
SU TAN QUERIDA Y AMADA CARTA.