Mirar tus ojos,
luceros cuajados de magia,
magia de noche y de estrellas,
como si ante ellos se asomase el día,
y en ellos hallase mi camino.
Susurro del viento eres, etérea,
cantando una extraña melodía,
hecha de silencios,
del eco de mis pensamientos,
con rumor de olas y olor de mar.
Mirar la calma en tu mirada,
que entre nubes se me pierde,
como el viento se escapa a la distancia
silbando feliz entre las ramas.
Mirar tus ojos,
llenos de caminos,
habitados de esperanza,
para volar enredado en sus pestañas.