¡Justa! ¡José! María! estoy buscando
en desamparo vuestras ataduras
lejanas y bermejas vestiduras,
y no encuentro centurias endechando.
Estoy plasmado desde un aguacero
los nudillos nupciales del recuerdo
estrecho en la memoria; ¿algún lerdo
que respire domingo en hondo cero?
Clamo desde el oscuro y, nadie escucha
¡ay! qué habrá acontecido con ustedes
Justa, José, María, vuestras redes
andan sordas, ¿perdieron toda lucha?
Al tacto oscuro pido una clemencia
se agota el día, trae penitencia....
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John Morales Arriola.