Derrama vida
cuando cerca de la muerte
al meandro de agua y limo
acuden garzas y flamencos
allá por Bonanza y las salinas
El horizonte, entonces
todavía entre dunas
pinares y huellas de carreta
camina hacia “Malandar”
para asistir al funeral
Invitado por el cielo y el océano
el sol, antes de vestirse de luto
acompaña por las tardes
al milagro del ocaso continuo
Porque el nacer no cesa
en los montes de Jaén
para que perpetuo fallezca
aquel hilo del ombligo de la tierra
bautizado con el jugo del olivo
Un barco gitano quiso partirse la camisa
derramando montañas de arroz
como peladillas de almendra y caramelo
después de las rosas del pañuelo
de una mocita casadera
¿Acaso alguien duda?
No desfloran las caricias
de los pueblos que te amaron
por el camino
Alberti, en una barca de espuma blanca
llegó desde su “Puerto” a Bajo de Guía
en busca de la barra de “El Bigote”
y embriagado de manzanilla
se seca las lágrimas
en un responso de mil poemas
Morir, Río, morir...
es nacer al infinito