FIARSE SIN CONFIARSE
Me contaba un compañero
que una vez en un rescate,
unos náufragos colgaban
de una cuerda cual tomates.
Eran once rescatados
diez hombres y una mujer,
muchos kilos bien pesados
la cuerda pueden romper.
Buscan la mejor solución
para resolver el entuerto,
llegando a la conclusión
que uno tomara la decisión,
de soltar la cuerda presto.
Al no ponerse de acuerdo
para solucionar el problema
la mujer con voz muy firme
comento, se soltaría ella.
Después de todo dijo:
acostumbrada estaba
a relegar los intereses
que por su sexo llevaba,
ya que:
“Como madre, a los hijos
siempre prioridad daba”.
“Como esposa anteponía
los intereses del marido
a los propios que tenía\".
“Como hija se doblegaba
a las órdenes de sus padres
sin pedir a cambio nada”.
“Como profesional permitía
que sus jefes obtuvieran
el crédito por sus logros
con desbordante alegría”.
Como mujer;
dijo alzando al infinito la mirada, y
poniéndose una mano en el corazón;
- La misión en mi vida es:
por los demás sacrificarme,
sin esperar nada a cambio
tan solo una oración rezarme.
¡Euforicos de desbordante emoción,
los hombres en aplausos rompieron!,
y al vacío todos cayeron,
por lo ignorantes que son.
La moraleja de este cuento
para el que lo quiera entender,
es que antes de un lamento
deben todos comprender:
¡La mujer es, abnegación y talento,
más fiarse de sus sutiles halagos es;
confiar nuestro porvenir al viento!
Joanmoypra