A. Martinez

Una noche.

Una de estas noches
sin más luz que la de tus ojos,
desande tu cuerpo,

el camino de mis manos
iluminó tu cuerpo con rocío.


En tu mundo enmudecido
de palabras sin historias,
se silencio la boca

seguida de ansiedades.

Entre tu vientre y mis caricias
los labios encontraron
primaveras,
encerradas en dos mitades
de conciencia
allí donde mi vida huyó para tu vida.

Unidos transitamos,
por el pasado sin ser vistos,
y editamos de imprevisto
lo que siempre deseamos.