No necesito un título, lo dejaré
en puntos suspensivos ¿para qué?...,
si fue largo el tiempo que esperé
y todos saben por lo que vivo.
Si somos adultos bastante crecidos
aunque a veces algo maniatados
sabemos quién es quién
que tenemos un presente
y tuvimos un pasado.
Hoy no necesito de un título
que me den, porque sobran
los sentidos como ves.
Las palabras ante la poesía
que brota del alma mía
para llegar a ti.
Muchas veces me cuestiono
y reflexiono en un suave tono…
tú sabes perfectamente a quién le escribo.
Hay que ser imberbe y no tener incentivo.
Es a ustedes, luna, mar, aire, viento,
caricia suave y tierno aliento.
Mar apacible, mar bravo,
tempestad del mal tiempo.
Suavidad del momento.
Al beso encubriendo mañanas,
al que te asalta en la noche.
A la pasión escondida entre mi broche.
Al amor apasionado que me abraza.
A la ternura que tu alma me compensa.
A la dulzura que desprende de tu mano.
Al verso que me acaricia bien temprano.
Al universo que dice todo cuando abre ante mí.
Al infinito que escucha mi grito
cuando en la intimidad del deseo aparece
y desnudas mi cuerpo sin piedad,
entonces nace el sueño inmortal
del que no quiero despertar jamás.
Le escribo a la sombría madrugada
todo lo que quiero, porque me hace imaginar
y le aprisiono, escribo a mis desvelos.
Escribo a la palabra tierna y enamorada.
Mi título andará con la gaviota
disfrutando del cielo en su bello volar
aspirando la libertad que nos toca.
Aferrada en corazón y vida al verbo amar.