Entrega tu vida al Señor
y nunca tropezarás...
en la soledad será tu compañero
y en las encrucijadas, tu consejero.
Verás:
Al amanecer o al ocaso...
en los triunfos o fracasos...
en el gozo o en el llanto
vencerás.
¡Porque Él siempre guiará tus pasos!