2.
EL PRIMER BESO
Todo parecía ser una tarde común. El sol se ponía a lo lejos, con sus tonos más bellos, mientras yo observaba aquel incomparable atardecer. De pronto sentí la presencia de aquella mujer a quien había conocido unas horas antes en la reunión con unos amigos de la oficina.
Me preguntó si disfrutaba de las puestas del sol y conteste que mucho. Después se formo un silencio, pero no uno incómodo. Lo dijimos todo con nuestra cercanía y con las miradas que continuamente cruzábamos, como si buscáramos un refugio el uno en el otro.
De repente se sintió una exquisita brisa, que nos tomó por sorpresa. Tengo frío. Me acerqué para abrazarla. Ella recargó su cabeza en mi hombro y sin decir una sola palabra, sonrío.
Escuchábamos una suave canción a lo lejos, y sin darnos cuenta, comenzamos a bailar sintiéndonos libres, sin preocuparnos por lo que sucedía a nuestro alrededor, solo existíamos ella, yo y ese atardecer. La música termino y seguíamos bailando, compenetrándonos más en nuestras miradas y gozando el roce de nuestros cuerpos cálidos.
No pudimos resistir más y mientras seguíamos bailando, nos fundimos en un exquisito beso, sintiendo como nuestras pasiones y sentimientos pasaban del uno al otro. Era un extraño placer, lleno de emociones, sentimientos, como jamás en nuestras vidas lo habíamos experimentado.
De pronto comenzamos a escuchar aplausos. Ella sonrío y me abrazo. Así termino ese beso, que dio paso a muchos mas, los cuales seguimos disfrutando al máximo.