Hoy mi boca tiene sed de tu boca,
mi cuerpo tiembla de ausencia por ti,
hoy la noche desnuda me provoca
caigo en sus brazos como un colibrí.
Mis labios liban miel de otra boca
mis ojos se pierden en lontananza,
ya no es más tu piel la que me toca
es quien me ha devuelto la esperanza.
Y tú, sentirás el frío de la muerte,
cuando me llames y no me encuentre
después de que te amé con locura.
Hoy otro te arrebató mi ternura
Comienzo a amarle con premura
¡Oh, cielo! bendita sea la cordura.
Autora: Ma. Gloria Carreón Zapata.