Vórtice infernal que rodea el atardecer de mi corazón,
Una llama palpitando a punto de extinguirse,
Refleja aquel laberinto donde se perdió nuestro amor.
Aun, las pisadas frescas, enterradas en el lodo , se rehúsan a ser borradas,
Un irritante suspiro de melancolía,
Se retuerce antes de salpicar su sangre bajo mis labios,
Ahora, el pacto con la eternidad se ha sellado,
Condenando a tu presencia tatuada en mí ser,
Pabellones oscuros, rodeados de muerte y un sangriento dolor
Rodean aquel castillo cubierto por nuestros más fervientes anhelos,
Corrompidos y lastimados seden el paso a mi desesperación.
Conduzco mi vida al abismo que una vez fue impregnado con tu paciencia,
Ahora, solo y vacío se pierde devorándome dentro de sí,
Las ganas por escapar se tornan quebradizas,
Mis uñas, se desprenden una a una, debilitando mi marcha hacia el exterior,
Ahora, termino, desangrando mis ojos, tratando de mirar….
Aquella esperanza que sembraste en mi interior.
Una gota áspera se desprende de mi última lágrima fugaz, que develó,
Aquel oscilar velico de nuestra torcida realidad….
Una vida truncada con recuerdos de la gran nada,
Ha estampado al final, con rastros sublimes de que otorgo una gran lucha,
Ahora, estéril, ya sin nada,cierra los ojos ante la arena salada que succiono su caída,
Con la mirada perdida, aun pensando en los sueños que jamás alcanzo,
se despide de la vida aun amando aquel fantasma que jamás existió.