Hermes Antonio Varillas Labrador

“Perdóname, mi príncipe.”

¿Cuánto aprenden nuestros niños, cuando creemos que no nos están mirando?

 

“Perdóname, mi príncipe.”

 

Niño de mirada triste

y de un amor inmenso

te veo y solo pienso

el motivo que te asiste.

 

Acaso no eres candidez

de ángel caído del cielo

por qué esa faz de hielo

dilo sin miedo ni timidez.

 

Tienes razón mi angelito

he sido un mal ejemplo

al no valorar tu atención

 desde ya y sin condición

nada de obrar cual delito

y espero verte contento.