Tu labio trémulo
de pasión vencida
temblaba pálido
como una gota
de rocío
en la tímida hoja
de un almendro
anacarado
y entre almendras
y licores almibarados
tu voz...
ya no me nombra
la tarde
se diluye despacio
entre pálidas sombras,
y mi nombre
quedó envuelto
entre nieblas espumosas
profundamente dormido,
en el arca de su alcoba.