Bien ya pasó su tiempo, díganme lo que hicieron:
Yo, -le dijo uno de ellos- era dueño de casa,
Con muebles de calidad y una inmensa alberca;
Tenía mucho dinero, gozaba de gran fama;
Otro, -le dijo humilde- yo no tenía bienes,
Vivía del trabajo, mi casa era humilde,
Mi más preciado bien sólo es mi familia,
Nadie me conocía y no hay más que decirle;
Miren, -les dijo Él- vean los dos entierros,
Tú, el de mucha fama, nadie se ocupa de ti
Sino de tu dinero, todos preocupados
Por los bienes que dejas: nadie vive feliz;
Tu entierro, -dijo al otro- es sencillo y modesto
Te extraña tu familia, tus amigos sinceros,
Todos piden por ti, todos brindan su apoyo,
Rezan por tu descanso, guardan bellos recuerdos;
Aprendan la lección, vivan con más acierto,
Siembren para lo eterno, vivan con armonía,
Nada se llevarán, sólo queda el amor
Por tus grandes amigos, tu querida familia…