Ayer una cayena
se cayó de la mata
y al pisar la arena
soltó varias lágrimas.
Ella estaba feliz
pegada en el tallo
desde finales de abril
hasta comienzos de mayo
La pobre cayena
abandonó el jardín
por eso de la pena
dejó de reír.
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Autor: Alejandro J. Díaz Valero
Maracaibo, Venezuela