Eres el milagro que mi vientre concibió
pequeña e inocente, impávida y sonriente,
çalmas el dolor que tu llegada acaeció
me mantienes avante y con valor prudente
Cautivas mi vida con tu aroma fragante
y con tu ternura me convidas a amarte
me haces prudente, sigilosa y cautelosa
me impones el anhelo de ser bondadosa
Me invade el asombro de tu delicadeza
y asisto a tu llanto con mi poca experiencia,
noto en el aire la intriga de mi destreza
y mis brazos te alcanzan con condescendencia
Alcanzo a tomarte, abrazarte, y te consuelo
buscando en mi pecho el calor para calmarte,
te observo, beso, te respiro y te siento
y exclamo a los vientos ¡bendito el arquitecto
que hizo de tu pequeño cuerpo todo un arte
para poder sinceramente por siempre ¡amarte!